La aversion de los usuarios Linux a BSD (opinion) (I)

Muchos linuxeros, al dialogar sobre lo interesante de lo que es explorar los sistemas UNiX BSD, hacen caso omiso para experimentar  las ventajas que estos pueden ofrecer sobre linux. Lo que mas se nota es una especie de ‘silencio’ y desanimo a continuar con el tema de por si.

Entre los mitos y causas que tienden a generar estas diferencias son:

– Creer que porque no es Licencia GPL, no garantiza la libertad del usuario, con temor a que alguien cierre el codigo y afecte a toda la comunidad.

Esto es falso, puesto que en BSD el modelo de licenciamiento existia antes que la GPL (desde 1977) y nadie cerro ni ha cerrado el codigo de manera tal que afecte a toda comunidad. De hecho, por naturaleza, un codigo liberado la licencia BSD influye por un largo tiempo.

Linus Torvalds es dueño del kernel de Linux, y dirige que debe incluirse o no en sus lineas de codigo. Sin embargo, nadie es dueño de BSD, porque existen  desarrolladores mas experimentados (core team) que disponen y contribuyen de mejor esquema de revisión de código (por control de versiones). Inferior a ellos estan los ‘commiters’, que incluyen el código para revisión por el core team.

Así pues, la licencia BSD permite a quien sea mantener la opcion para fines de comercialización con intervenciones legales muy mínimas.

– Creer que por el hecho de detectar menor cantidad de hardware y perifericos, no debe ser de importancia utilizarlo.

Este es un mito a medias, puesto que en BSD, el hardware común es muchas veces detectado en cualquiera de sus sabores. En linux los soportes de drivers llegan de primero, contrario a BSD que toma mas tiempo en tener disponible el controlador. Esto es con el proposito de que el codigo es sometido a numerosas revisiones para luego considerarlo estable.

Las tarjetas de red son menor detectadas a priori,  aunque existe la posibilidad de recompilar el kernel e incluir codigo escrito por la comunidad desde la version -CURRENT o -STABLE. Las tarjetas de Video, son detectadas en BSD, principalmente las AMD ATI  y NVIDIA


-Creer que porque conocen y experimentan bien con Linux, ya saben por completo manejar los otros UNiX.

Esto es una falacia al extremo, ya que en BSD no existe comando free, ni watch, tampoco existen /proc/partitions, sda, sdb ni /proc/mounts. El top es muy diferente en BSD, aunque es mas rápido y facil interpretar la tabla de procesos. No olvidemos  las dos capas de particionado (algo que no existe en linux)

En BSD (como en Solaris, HP-UX, AIX, entre otros UNIX) no existen systemd ni sus comandos. Por lo que prevalece SysV init y BSD init. Existe un comando como sysctl, que su función es totalmente diferente (manipular los estados del kernel)

Si de verdad creen que  conocen otros UNiX, pues que tal si hablamos de Solaris SMF, o de rcvar de BSD.

– Creer que Linux corre en mas arquitecturas que BSD.

Este mito es falso, debido a que en el caso de NetBSD, este corre en 57 arquitecturas, en el caso de OpenBSD, soporta 17 arquitecturas y FreeBSD, 17

Linux en cambio, soporta a lo mucho 11 arquitecturas (Debian y Gentoo)

Silenciosamente, BSD ha estado presente hasta en satelites artificiales. Fue utilizado por la NASA en misiones espaciales.

– El fuerte miedo de pensar que lo aprendido fue inutil y volver a comenzar.

Y esto hace que tengan aún más miedo, debido a que el tiempo pasa y al ver que otros que  han migrado a BSD hablen del mismo, detestan saberlo

 Este y otros mitos, encerrados en un silencio que parece ser el mismo en distintos escenarios, al hablar acerca de BSD.

..continuará

BSD Unix: Power to the people, from the code (ingles)

How Berkeley hackers built the Net’s most fabled free operating system on the ashes of the ’60s — and then lost the lead to Linux.

By the time Bill Joy arrived in Berkeley, Calif., in 1975 to attend graduate school, the fabled capital of leftist radicalism was a bit ragged around the edges. If the 21-year-old programming wunderkind had glanced at the headlines blasting out of the local alternative weeklies, he might have wondered just what kind of insane mess he had gotten himself into. In San Francisco, Patty Hearst was on trial for a bank robbery committed while the newspaper heiress was toting machine guns for the Symbionese Liberation Army. In Oakland, the Weather Underground botched a bombing of a Defense Department building. Even the reliable bugaboo of CIA recruitment on the University of California’s Berkeley campus failed to generate more than a token protest.

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